Y ese sábado histórico de mi vida (...) yo y el Imbécil estábamos desayunando en unos tamburetes de la cocina. El Imbécil, por si no lo sabes todavía, es mi hermano pequeño, no le llamo el Imbécil por faltarle el respecto, le llamo el Imbécil porque en un principio me sentó como un tiro que viniera a este mundo. (...) Ahora el Imbécil tiene cuatro años y, claro, con el roce le voy cogiendo más cariño pero el problema está en que ya no me acuerdo de su verdadero nombre. Él está muy contento con su mote, en serio. Sin ir más lejos, el otro día mi madre le dijo:
- No hagas eso, Nicolás.
Le llamó Nicolás porque se debe de llamar Nicolás, seguramente.
Y el Imbécil protestó:
- !El nene no es Nicolás! !El nene es el Imbécil!
P.S. - passagem obviamente tirada do livro espanhol para crianças que já terminei, Manolito on the road.
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